Los cambios ocurrieron como consecuencia del aumento del consumo en el mercado estadounidense y la disminución del consumo en la patria mundial del vino. La Organización Mundial de la Viña y el Vino anunció el martes pasado que en el año 2014, los consumidores estadounidenses compraron 29.1 millones de hectolitros de esa bebida alcohólica. Eso supone un incremento de 0.5 por ciento en comparación con el año 2012. Mientras tanto, en Francia, el consumo se redujo en casi un 7 por ciento, alcanzando un nivel de 28.1 millones de hectolitros. Sin embargo, hablando estadisticamente, los consumidores estadounidenses consumen mucho menos vino per cápita. Según los datos del 2011, un francés promedio consume casi 1.2 botella del vino semanalmente, lo que supone casi 6 veces más que un americano promedio. Sin embargo, los mercados más grandes en Europa registran una dramática caída en el consumo de esa bebida en los últimos años.