Crecimiento de la venta ambulante
Durante los días del evento, las calles de la capital se han llenado aún más de manteros. La Gran Vía, uno de los puntos neurálgicos de la ciudad, es escenario frecuente de estas ventas. Camisetas del Real Madrid y de jugadores famosos como Lamine Yamal y Morata son exhibidas abiertamente, a pesar del riesgo constante de ser descubiertos por la policía. Curiosamente, algunos vendedores se sitúan directamente frente a la tienda oficial del Real Madrid, donde el precio de una camiseta puede ser significativamente más alto que en la manta de un mantero.
Testimonios de manteros
Ahmed, un joven senegalés de 22 años, relata cómo las ventas han aumentado gracias a la Eurocopa. Según él, la camiseta de Mbappé es especialmente popular, y su precio en la calle es mucho más accesible comparado con las tiendas oficiales. Por otro lado, Malik, otro vendedor, describe las técnicas que usan para evadir a la policía, destacando la rapidez con la que pueden recoger sus productos en caso de una redada.
Impacto en el comercio local y acciones policiales
Desde la Asociación de Comerciantes de las Calles Preciados Carmen Arenal y Adyacentes (Apreca), se observa con preocupación el aumento de manteros. Aprecian un nivel de organización más sofisticado entre ellos, con grupos que se avisan mutuamente sobre la presencia policial. Mientras tanto, los comerciantes locales sienten el impacto negativo, notando un incremento en la venta de camisetas falsificadas que afecta directamente sus ingresos.
La Policía Municipal sigue considerando a la venta ambulante como una actividad minoritaria, pero reconoce que las operaciones contra estos comerciantes ilegales se han intensificado, resultando en la incautación de miles de productos falsificados y la detención de varios cabecillas. Este fenómeno resalta los desafíos continuos que enfrentan las autoridades y los comerciantes legales para combatir la venta de falsificaciones y proteger la propiedad intelectual e industrial en tiempos de grandes eventos como la Eurocopa.
Fuente: Elmundo.es