descubrir su historia y cultura, admirar las maravillosas vistas al Atlántico, comer bacalao, el que se convirtió en el plato nacional; y tomar una copa del vino de Oporto, que por supuesto sabe mejor en el mismo Oporto. En Portugal, parece que el tiempo se detuvo y el presente se topa con el pasado, creando una combinación única, gracias a ello, el turista puede sentirse como si estuviera en un mundo diferente. La costa de Portugal se extiende por más de 800 kilómetros y es un lugar perfecto para descansar. Bahías, acantilados, playas, piscinas, palmeras… Durante todo el año hace sol y la temperatura media es de 20 grados centígrados. En verano es todavía más alta.