El cuidado diario de nuestros pies nos ayuda a mantenerlos saludables y bonitos; y es una forma de profiláctica contra la aparición de trastornos más graves o incluso – enfermedades. Hay que lavarse los pies todos los días con agua y jabón. Los baños no deberían sobrepasar los 5-7 minutos, y la temperatura del agua, más de 38 grados. Recordemos secar las partes entre los dedos a fin de no causar dolencias. La humidificación es de vital importancia. Tenemos que escoger bien los cosméticos. Eso nos ayudará a proteger nuestra piel contra la sequedad, falta de elasticidad, agrietamiento de piel, hiperhidrosis; o incluso hongos. Es bien importante quitar la piel muerta. No es necesario usar una piedra pómez, que puede aumentar la dureza de la piel y acelerar su queratosis. Una solución mejor es el peeling, que mejora la circulación y reduce la fatiga.