Tabla de contenido:
- La caída de Asad - un cambio histórico en Siria
- Los detalles de la ofensiva
- Reacciones internacionales y locales
- El futuro de Siria tras el derrocamiento
La caída de Asad - un cambio histórico en Siria
Las fuerzas insurgentes lideradas por Hassan Abdul-Ghani, comandante del grupo Hayat Tahrir al Sham, han puesto fin a 53 años de gobierno autoritario. "La ciudad de Damasco está libre del tirano Bashar Asad", declaró Abdul-Ghani, quien invitó a los desplazados sirios en todo el mundo a regresar a una Siria "libre".
En la madrugada, imágenes difundidas por testigos mostraron a decenas de manifestantes asaltando la residencia presidencial en el distrito de Malkeh y prendiendo fuego a parte del Palacio. El asalto, calificado como un acto de "venganza por la opresión", simboliza el fin de un régimen acusado de reprimir a su población durante décadas.
Los detalles de la ofensiva
Las fuerzas rebeldes lograron un avance decisivo en tan solo diez días.
- Miles de prisioneros políticos fueron liberados de la cárcel de Sednaya, conocida como símbolo del régimen opresor.
- Damasco y la ciudad de Homs se convirtieron en epicentros de celebraciones masivas tras la caída del régimen.
Según Rusia, Asad abandonó Siria tras llegar a un acuerdo con los grupos rebeldes. Las autoridades rusas confirmaron que el exmandatario había dado "instrucciones para transferir el poder pacíficamente". Sin embargo, no se reveló su paradero actual.
Reacciones internacionales y locales
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, reaccionó rápidamente al anuncio de la caída del régimen sirio. "Bashar al Asad ha huido porque Rusia ya no está interesada en protegerlo", afirmó Trump, destacando la pérdida de un aliado estratégico para Moscú y Teherán.
Por su parte, Abu Mohamed al Jolani, líder del Organismo de Liberación del Levante, visitó la histórica Mezquita de los Omeyas en Damasco tras el triunfo insurgente.
El futuro de Siria tras el derrocamiento
Mientras la población celebra el fin de un régimen represivo, la incertidumbre sobre el futuro político del país persiste. El primer ministro interino, Mohammad Ghazi al Jalali, expresó su disposición a cooperar con cualquier líder elegido por el pueblo sirio.
Además, las fuerzas rebeldes han decretado un toque de queda en Damasco hasta las 5 de la madrugada del lunes, con el objetivo de garantizar la seguridad.
El derrocamiento de Bashar al Asad representa un momento clave para Siria, una nación que ahora enfrenta el desafío de reconstruirse tras décadas de represión y conflicto.
Fuente: elmundo.es